Autor: admin | 17/02/2016
De a poco, la oferta comercial en todas las firmas automotrices, se ha enriquecido con las variantes turbocargadas debido a sus grandes beneficios respecto a los motores de aspiración natural.
Texto: Eduardo Jiménez
Si hablamos de motores turbocargados, lo primero que se nos vendrá a la mente, es potencia y velocidad y de hecho, no estamos tan equivocados. Nuestro registro histórico nos puede remontar a la década de los noventa, cuando Chrysler a través de su todo-poderoso Spirit R/T presumía de cifras de aceleración y potencia impresionantes, gracias a la sobreaspiración en sus motores. O incluso, recordar otro auto que llevó esta nomenclatura a su máximo nivel de fama, hablamos del 911 turbo de Porsche.
Hoy en día, después de poco más de una década, esta nomenclatura ha recobrado fuerza en las gamas automotrices, pero ¿A caso se trata del mismo objetivo que en las décadas pasadas? Asimismo, otra cuestión es si ¿Tendrán algo que ver con el fenómeno del downsizing? las respuestas a ambas cuestiones es sí, todo es en pro de nuestra economía y satisfacción relacionada al producto, aunque al tiempo, también permiten mejorar la respuesta de nuestros autos, para hacerlos más emocionantes de manejar.
¿QUÉ VENTAJAS TIENE HOY UN MOTOR TURBOCARGADO?
Para explicar este importante listado de beneficios, debemos de entender ese término antes citado, el downsizing, que obtiene su significado en la fórmula de fabricar motores más reducidos, pero más potentes y eficientes, algo a lo que poco a poco involucra a todas las firmas automotrices del mundo, al menos, a las más importantes. El downsizing es también una normativa para todo fabricante, pues los índices de polución exigen que la industria desarrolle un cambio en la forma en que fabrican sus motorizaciones, de ahí también ha tomado origen el desarrollo de otras tecnologías, pero ahora, nos enfocaremos en este segmento.
Tomando esto como base, los turbocompresores han llegado para quedarse y funcionan bajo un principio muy distinto al de la década de los noventa y ochenta, cuando la única intención era proporcionar más potencia y aceleración a los autos, sin pensar en las consecuencias de consumo energéticas subsecuentes. Hoy en día, las cilindradas o dimensiones de los motores en nuestros autos cada vez se ven mucho más reducidas, en consecuencia, la potencia no puede ser igual, pero para ello los turbocompresores se encargarán de solventar este déficit.
CAMBIOS FUNCIONALES
Para que un turbocompresor cumpla con los estándares hoy en día exigidos, tenemos que entender que su geometría y dimensiones ya no son las mismas de hace veinte años. Esto quiere decir han modificado su constitución y sus dimensiones. En efecto, ahora un turbo es mucho más compacto, pero logra igualar e incluso, mejorar la entrega de potencia de un auto con propulsión atmosférica -es decir, sin sobreaspiración por turbo- gracias a las nuevas tecnologías en su desarrollo. Logran una entrega de potencia mucho más rápida que en el caso de un motor convencional, pues aprovecha de forma eficiente los gases de escape para su operación y al necesitar de aire frío para evitar el sobrecalentamiento, los intercoolers ayudan a mejorar la eficiencia del motor, recordemos que, a menor temperatura de operación, mayor eficiencia.
También nos ayudan a reducir los consumos del motor, pues compensan la pérdida de potencia a causa de una motorización con cilindrada reducida y a diferencia de las antiguas mecánicas, son de baja carga durante el ralentí.
Hoy en día, la oferta se compone de un amplio abanico de opciones a elegir con este tipo de motorizaciones, por lo cual, hemos preparado un listado de los principales autos que ya adoptan este tipo de motorizaciones disponibles en nuestro mercado:
Audi A1 Cool
El subcompacto Premium alemán, es un perfecto ejemplo de como utilizar este tipo de mecánicas, cuenta con un pequeño motor turbo de 1.4 litros de desplazamiento con el cual impulsa al conjunto con 125 HP de potencia. Puede rendir hasta 17.71 km/litro en consumo combinado.
BMW 120iA
El modelo de acceso a la Serie 1 de BMW entiende las necesidades de nuestro planeta y nuestro pie derecho, por ello, aprovecha un motor sobreaspirado de cuatro cilindros con 1,598 cc de cilindrada, para entregar 177 HP de potencia y un rendimiento combinado de hasta 16.41 km/litro
Chevrolet Cruze 2016
En el caso de elegir la versión turbocargada de este bello sedán, además de ganar un importante incremento en el nivel de equipamiento, conseguiremos un auto con 138 HP de potencia, con el cual podremos despreocupar a nuestro bolsillo, pues su rendimiento combinado es de 17.45 km/litro.
Ford Focus 2016
El compacto de Ford puede equipar uno de los motores más potentes y eficientes de la historia, hablamos del propulsor Ecoboost, que aprovecha diversas tecnologías como son el turbocompresor y la inyección directa de combustible. Todo, para exprimir a un motor 2.0 litros hasta 250 HP de potencia con un consumo combinado de apenas 18.41 km/litro.
Honda Civic 2016
El declarado “auto del año” durante el pasado autoshow de Detroit ha dado un enorme paso en su historia, incorporando en su gama los motores turbocargados, entregando una potencia de hasta 174 HP con un consumo de 17.13 km/litro, gracias también a su tecnología Earth Dreams
SEAT Toledo Entry 1.2 TSI
La casa española demuestra que, para un sedán no existen límites y es que a través de la versión Entry podremos disfrutar de un auto con una motorización de 1.2 litros turbocargada, que además aprovecha las bondades de la inyección directa, para declarar una potencia de 110 HP y cifras de consumo de 20.1 km/litro.
Volkswagen Polo TSI
El hatchback alemán integra en su gama el motor TSI, que al igual que su primo de origen español, aprovecha las virtudes de un turbocargador y la inyección directa de combustible. Su desplazamiento es de 1.2 litros, potencia de 105 HP y un rendiemiento combinado de 18.9 km/litro.