Autor: admin | 11/05/2016
Por Julio Brito
A casi un mes de iniciada la fase 1 de contingencia ambiental, las autoridades empezaron a dar vistos de un esquema que coadyuve a disminuir los altos índices de contaminación. En el inter se multiplicaron voces, algunas de manera científica, como la UNAM o el Centro Mario Molina, pero otras surgieron de la voz popular y cada quien hizo su diagnóstico.
Producto de una mala interpretación de datos de Pemex se aseguró que la gasolina, en especial la destinada a la distribución en las grandes ciudades como Monterrey, Guadalajara y Ciudad de México provenía de China, país que tiene fama de descuido con el medio ambiente.
Sabemos, desde hace muchos años, que Pemex produce el 90 por ciento de la gasolina importada en Texas. Muchas veces se alzaron reclamos del porqué no se producen en el país. De hecho, Pemex vende gasolina más barata en Texas que en México.
La iniciativa privada se lanzó a fondo y la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz prometió hacer un análisis de las gasolinas para saber si se cumple o no con las normas. El caso amenazaba con quedar fuera de control y ayer en una reunión con la prensa Pemex, Semarnat y Sener aseguraron que se cumplen con las normas de 35 partículas.
Lo paradójico es que parece ser que las autoridades llegaron a la misma conclusión de sus antecesores, en el sentido de que los vehículos automotores causan el 87 por ciento de los gases contaminantes, dando la razón al Centro Mario Molina, que terminó por recomendar el uso de autos eléctricos en contra del diagnóstico de la UNAM, que asegura que los vehículos no son la fuente determinante de contaminación ambiental.
En el fondo no hay nada nuevo para los consumidores, que regresan al anterior sistema de hologramas, cero y doble cero podrán circular todos los días, aunque la norma será más estricta. Aquí es donde la industria automotriz entra en escena, pues hay muchos vehículos que no cumplen con la Norma energética, es decir, de consumo de litro de gasolina por kilómetro. Regularmente se suman los consumos y se hace un porcentaje por marca y no por unidad.
De hacerse más estrictos muchos modelos de alto consumo no podrán pasar la verificación, aunque sean modelos recientes, especialmente las SUV, que son las unidades de mayor demanda en el mercado, aunque debemos de reconocer que hay un esfuerzo por parte de la industria de dotarlos de motores de cuatro cilindros y en algunas ocasiones turbos, que son más eficientes, aunque requieren de gasolina de bajo azufre.