Autor: admin | 13/11/2015
Por Julio Brito A.
La gente regularmente me pregunta ¿qué va a pasar con Volkswagen?, ante la decisión de la empresa de cerrarse a piedra y lodo. Entendemos a los voceros oficiales, porque hay poco que aportar a la información de prensa, porque el caso salió de su ambito. Lo único que se puede observar al paso de los días es que la bola de nieve se incrementa de manera desmesurada y se pone en tela de juicio la manera cómo la marca alemana gestionó y estimuló con base a una férrea disciplina su management.
La primera conclusión es que los recursos de 29 mil millones de euros que tiene Volkswagen en caja resultarán insuficientes ante el cúmulo de demandas y juicios que deben enfrentar en todo el mundo y muy en especial en Estados Unidos y Europa. Solo en Norteamérica 27 estados presentaron querellas. El drama es que si todavía no encuentran al responsable de utilizar el programa tramposo para la medición de contaminantes delos motores a diésel, pues tampoco es hora que den una solución.
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Como están las cosas lo único que se ve al frente es la quiebra de la empresa, por lo que en este momento dejó de orbitar en el mundo de los negocios y entra al de la política. Al final de la historia deberá ser el gobierno alemán, encabezado por Ángela Merkel, quien gestione la crisis a todos los niveles y muy especialmente en EU y Europa.
Permitir que quiere VW está fuera de todo programa, de la misma manera que el gobierno del presidente Barack Obama lo hizo con General Motors, cuando la gran crisis del 2009. Son empresas que por su tamaño y repercusión no pueden darse el lujo de desaparecer.
Ahora viene el tiempo de la negociación. Merkel deberá hablar de manera personal con los principales líderes mundiales respecto al tema y allanar el camino para una solución de fondo. Volkswagen no debe salir de Estados Unidos, especialmente ahora que se negocia un Tratado de Libre Comercio con Europa. Es el momento de la diplomacia y buscar salidas convincentes.
