Autor: JULIO MARCELO BRITO ALVISO | 16/10/2018
En la entrega pasada, se abordó la importancia de la búsqueda de alternativas de innovación en las empresas, más allá de la investigación y desarrollo de nuevos productos, además de cómo el trabajo colectivo de las empresas suecas puede brindar soluciones para una urbanización inteligente en México. En ese sentido, respondiendo a la pregunta ¿qué puede hacer SweMex y la iniciativa privada? La respuesta es que existen dos niveles de intervención, uno estratégico y uno táctico.
A nivel estratégico, es necesaria una efectiva coordinación entre sectores, niveles de gobierno, ramas del poder público y jurisdicciones, así como la generación de protocolos de prevención, atención y reacción, lo que depende completamente de la voluntad y capacidad de las autoridades. Por otra parte, es urgente una reforma completa al transporte público en el Estado de México, desde la reestructuración de rutas, la ley de concesiones y la regulación misma.
Estos dos cambios estratégicos son habilitadores de intervenciones a nivel táctico, donde la innovación de la industria puede contribuir a una mejor gestión pública y a una experiencia segura al usuario, lo que se ha adoptado como: #SeguroLlegas, que busca transmitir al pasajero certidumbre al momento de abordar un servicio de transporte confiable y regular, así como la garantía de su integridad personal y la de sus bienes.
Para resumir esto, se ha adoptado un enfoque de viaje completo: desde que el usuario sale de su casa, espera en el paradero, aborda el autobús, viaja a su destino y conecta al transporte subsiguiente. En las fases peatonales, las intervenciones deben estar enfocadas en generar calles y zonas de espera seguras. A través del big data y análisis espacial, es posible determinar los mayores corredores peatonales, generalmente conectados a vialidades primarias y poder así priorizar las inversiones en luminarias inteligentes y videovigilancia.
Una vez a bordo, existe una variedad de intervenciones relacionadas con el diseño del vehículo y los equipos embarcados. En el caso de autobuses para servicios metropolitanos, es decir aquellos que llevan pasajeros desde los municipios conurbados a la Ciudad de México, su longitud debería estar entre los 13 y 14 metros y una capacidad de pasajeros sentados superior a 50 lugares, considerando el promedio de viaje de 20 km y 1 hora de duración. Los autobuses deberían tener asientos ergonómicos, interiores claros y amplios, buena iluminación y equipamientos como portabultos, internet a bordo y tomas de corriente.
Por otra parte, la incorporación de sistemas de pago electrónico reduce la circulación de efectivo en el sistema y puede dar mayor certidumbre en la recaudación a gobierno y transportistas, muestra de ello es el Estado de México, cuya recaudación se ha incluso duplicado.
En Volvo Buses contamos con la solución de Zonas Seguras, la cual utiliza geocercas que limitan automáticamente la velocidad de los vehículos una vez entran en regiones delimitadas. Estas tecnologías vinculadas a medidas de gestión de tránsito, como carriles reversibles, pueden mejorar la confiabilidad y seguridad de millones de personas.
El interés de las empresas de la asociación SweMex es seguir cooperando con las autoridades en México para agregar valor a la gestión pública. Actualmente se están demostrando estas soluciones integrales, a través de pruebas de concepto de la mano de gobiernos y empresas de transporte interesadas con el objetivo de concretar modelos de negocio y casos específicos de aplicación. La tecnología y el paradigma de ciudades inteligentes tienen sentido cuando sirven un propósito humano. Estamos convencidos que a través de #SeguroLlegas, se puede contribuir a mejorar y proteger la vida de las personas de forma rápida y efectiva.
