Autor: admin | 28/09/2015
Aumentará EU los niveles de exigencia
Desde 1973 EPA sanciona a las marcas
Por Julio Brito A.
La lucha por disminuir la emisión de gases contaminantes al medio ambiente sufrió un rudo revés por parte de Volkswagen, quien esquivó vía un software las que se suponían estrictas medidas para combatir la polución en las grandes ciudades. Las pruebas de laboratorio quedaron hechas pedazos y en breve pasarán a formar parte de la historia. Después del fraude de Volkswagen deberán los gobiernos cambiar sus sistemas de vigilancia y monitoreo.
El principal golpe fue para la Agencia Medioambiental de Estados Unidos —EPA—, quienes durante siete años fueron burlados. “Aumentaremos los niveles de exigencia con nuevas pruebas para medir las emisiones de los automóviles “, comentó Christopher Grundler, director de la Oficina de Transporte y Calidad del Aire de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. La EPA envió una carta a los fabricantes de automóviles informándoles que ha aumentado los procesos para analizar las emisiones y dejó muy en claro que aquello de la autoregulación quedó en el pasado, aunque no dijo cómo y si tienen los suficientes recursos para hacer los cambios. El 23 de julio de 1973, la EPA acusó a VW de instalar dispositivos de desactivación en los coches para el modelo 1974.
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Volkswagen admitió que había vendido algunos coches con estos dispositivos, que básicamente consistían en unos sensores de temperatura que cortaban los controles de emisiones a bajas temperaturas. Pero no ha sido la única marca. En 1995 General Motors debió pagar 45 millones de dólares tras ser acusado de eludir los controles de contaminación en casi medio millón de Cadillac de lujo. Los motores V-8 estaban sintonizados para desactivar los controles de contaminación cuando el aire acondicionado funcionaba.
Casos como el actual de Volkswagen se asemeja a uno de 1998 en el que participaron siete fabricantes de motores de camiones pesados: Oruga, Cummins, Detroit Diesel, Mack Trucks, Navistar International Transportation, Renault Vehículos Industriales, y Volvo Truck.
En aquel entonces las empresas acordaron pagar más de un mil millones de dólares, incluyendo 83.4 millones en multas, para resolver el caso. Lo que fue en aquel momento, la mayor multa civil por violar una ley ambiental. En el caso de Europa, durante muchos años se argumentó que cada país tenía sus propias leyes y reglamentos ambientales y era muy complicado tener una estrategia común; sin embargo, ahora que conformaron la Unión es más sencillo, pero más difícil porque el parque vehicular con motores a diesel representa el 52.6 por ciento de las ventas y los test o pruebas de laboratorio son consideradas de “sofa”. Es decir, estáticas y en ese sentido la manera de evitar las leyes ambientales es muy sencillo, el único problema es que hay una presión social sobre la lucha contra la contaminación ambiental y deberá tener una participación más activa y creíble.
