Autor: admin | 26/01/2017
A un año de su llegada a México, el KIA Rio estrena generación. No se trata de una actualización ligera o media; el auto que vemos es completamente nuevo. Estrena motor, plataforma, diseño y fábrica (hecho en México), y apunta a un cliente que ha dejado de ver los autos pequeños como sinónimo de austeridad.
Gran parte de la propuesta del nuevo Rio gira en torno al diseño. Lo mencionamos durante su lanzamiento internacional, en el Auto Show de París, y lo repetimos ahora: la cuarta generación apunta más alto que nunca, pues no sólo busca mantener los argumentos de las generaciones pasadas, también suma mejores acabados —con un guiño de ojo al segmento premium, al menos en formas y un diseño más sugerente.
El KIA Rio 2018, por ahora, sólo estará disponible con carrocería hatchback —aunque el sedán ya rueda en México. Mide 4.06 metros, con lo que se coloca en el espacio justo para competir contra los subcompactos de gama alta más populares: SEAT Ibiza, Mazda2, Honda Fit y Volkswagen Polo, entre otros.
Para México, deja atrás el motor de 138 caballos de la generación pasada, para quedarse con el motor de 1.6 litros de 121 hp y 111 lb-pie de torque del Soul base. Además de la transmisión manual de seis velocidades, ya se puede pedir con una automática, también de seis cambios. Su gama está compuesta por cuatro versiones, todas con control de estabilidad, asistente de arranque en pendientes y frenos ABS como equipo de serie. Eso sí, ahora el modelo base sólo cuenta con dos airbags y frenos traseros de tambor, y un fuerte recorte en algunos elementos de confort; esperamos, a cambio, precios competitivos.
