Autor: JULIO MARCELO BRITO ALVISO | 27/08/2018
Lo más valioso de la renegociación del Tratado de Libre Comercio entre México y Estados Unidos es que se logró conservar la relación comercial. Cancelarlo hubiera sido mucho peor y los negociadores mexicanos sabían desde un principio, que se tenía que atender y acceder a las peticiones del presidente Donald Trump.
Al fin Washington consiguió sólo dos de los cinco candados: el 75% de contenido regional y las exigencias salariales. México no consiguió nada totalmente favorable a sus intereses, pero logra firmar un acuerdo que permitirá a la industria automotriz seguir apostando a la inversión de manera selectiva, ya es ganancia.
Estados Unidos y México acordaron que los vehículos ensamblados en la región deberán integrar un 75% de componentes hechos en estos dos países. El otro 25% puede ser de cualquier otra parte del mundo. A diferencia de la regla anterior, que no establecía restricciones adicionales, la nueva estipula que, de este 75%, el 40% deben ser componentes producidos por empleados que reciban un salario de entre 16 y 19 dólares la hora. Estados Unidos y Canadá cumplen con este requisito, pero México no, pues en promedio paga 3 dólares por hora.
El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo destacó que el 70% de los vehículos que México exporta actualmente cumplirán con esta nueva regla. El otro 30%, compuesto por modelos que recién se empezaron a ensamblar podrán exportar bajo las normas de la OMC y deberán pagar un arancel de 2% a 3%, en lo que ajustan su base de proveedores a la nueva regla. Lo que resulta razonable.
Muchos considerarán la renegociación como una ‘derrota’ —pues el escenario ideal para México era que las reglas de origen no cambiaran—, el país evitó el peor de los escenarios. Es decir, regresar sin nada en el bolsillo.
En el sector automotriz, México cedió a la petición de Canadá y Estados Unidos, quienes demandaban que un porcentaje del contenido de este sector proviniera de zonas que pagaran a sus trabajadores al menos 16 dólares por hora.
Otra de las clausulas importantes era “de caducidad” que terminaría automáticamente el acuerdo después de cinco años, a menos que los países optaran por regresar. Pero la administración Trump suavizó sus demandas en las últimas semanas. El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, dijo que México acordó revisar el acuerdo comercial cada seis años, y que si los problemas no se pueden resolver, el pacto se puede rescindir una década después de la revisión. Si una de las partes se niega a renovar, una revisión anual entraría en vigencia en un esfuerzo por abordar los problemas.
Por cierto en patentes México otorgó 10 años de protección a las farmacéuticas que producen medicamentos de patentes.
ANIVERSARIO.- Daimler Financial Services México, que lleva Víctor Calderón, está de plácemes celebrando sus 25 años de operaciones en México y en dónde han logrado un posicionamiento de mercado muy importante, siendo líderes como por ejemplo en leasing, arrendamiento y sobretodo innovación para adaptarse a las condiciones del país en toda su gama de productos desde tracto camiones hasta autos eléctricos.
