Autor: JULIO MARCELO BRITO ALVISO | 19/10/2018
La semana pasada hicimos una prueba de manejo sobre eficiencia energética. FCA —el corporativo Fiat-Chrysler— que dirige Bruno Cattori organizó un reto en torno a su Eco sedán Dodge Attitude 2018, donde se trataba de recorrer la máxima distancia con un solo tanque de gasolina de 42 litros. Se alcanzaron los 1,256 kilómetros, que representa un rendimiento de 29.9 kilómetros por litro de combustible.
Desde 1995 conocí las investigaciones que hacía grupo Opel en Europa para llevar al extremo la eficiencia energética con motores de tres cilindros. En aquellos años tuvo poca relevancia porque dominaban los motores grandes, pero a raíz de normas más estrictas, con el correr de los años la innovación tecnológica permitió consumos inimaginables.
Ante los avances de autos autónomos, pareciera poca cosa la eficiencia de los motores de combustión interna, pero en países como México es una opción real en cuanto a calidad y precio. El Dodge Attitude —que es manufacturado por Mitsubishi— le incorporó avances en conectividad como el famoso Car-play, que antes se equipaba en vehículos de lujo. En esta semana también Ford lanzó el Figo, con motor de tres cilindros y Volkswagen presentó el UP, pero extrañamente al poco tiempo lo descontinuó.
Los autos eléctricos todavía están fuera del alcance de muchos presupuestos y las autoridades deberían analizar la posibilidad de dar incentivos para la adquisición de estos eficientes motores, con mejores rendimientos que los híbridos, que tienen una eficiencia cercana a los 24 kilómetros por litro.
Hasta el momento, los rangos de eficiencia tienen dos enemigos: el primero, los conductores, que tenemos poca cultura vial y se abusa del acelerador en todo momento, por lo que se pierden las ventajas tecnológicas; y la otra, es que embotellamientos obligan a un trabajo adicional al motor.
