Autor: JULIO MARCELO BRITO ALVISO | 19/06/2025
En el XXV Foro de Transporte, expertos exigen rediseñar la estrategia aduanera y agilizar inversión binacional
Cancún, Q. Roo. Con cifras de caída en exportaciones, saturación en cruces fronterizos y nuevos aranceles en puerta, el XXV Foro Nacional de Transporte de Mercancías se convirtió en una plataforma de advertencia y propuesta para el comercio internacional. En el panel “Seguridad, infraestructura y facilitación del comercio”, se abordaron los principales retos que enfrenta México como socio logístico de Norteamérica.
Participaron Cindy McCorkle, Supervisory Supply Chain Security Specialist del Customs Trade Partnership Against Terrorism (CTPAT); Jorge Cigarroa, presidente de Cigarroa Dispatch; Homero González, director general de Central de Fletes Monterrey; Bradd Skinner, asesor de CT Strategies; y Francisco Kim Olguín, vicepresidente del Sector Multimodal de la ANTP.
Uno de los ejes fue el impacto de los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos, que ya provocaron una caída del 11% en las exportaciones automotrices mexicanas durante el primer cuatrimestre de 2025. “Los aranceles castigan la integración regional y minan la confianza de las OEMs que invierten en México”, sostuvo Francisco Kim, alertando sobre la pérdida de competitividad ante países como Canadá o Corea.
Pero el golpe no solo es fiscal. Los expertos denunciaron que la infraestructura fronteriza está colapsada. Tan solo el corredor Nuevo Laredo–Laredo concentra más del 40% del comercio terrestre, pero opera con tecnología obsoleta, lentos procesos aduanales y supervisión insuficiente.
En ese contexto, Cindy McCorkle anunció que el gobierno de Estados Unidos destinará una inversión superior a los 800 millones de dólares en proyectos de infraestructura fronteriza, específicamente en puertos comerciales, sistemas de inspección automatizada y capacitación para agentes aduanales. “Nuestra prioridad es crear una frontera más segura, eficiente y resiliente. Estas inversiones van enfocadas a modernizar los cruces y reducir cuellos de botella logísticos”, declaró ante empresarios y autoridades mexicanas.
La funcionaria destacó que esta inversión también está alineada con nuevas certificaciones CTPAT, las cuales permitirán a más empresas mexicanas acceder a procesos de revisión más ágiles. “No es solo una cuestión de infraestructura física, también se trata de inteligencia logística y confianza institucional. CTPAT es una herramienta clave en ese proceso”, puntualizó.
Por su parte, Homero González evidenció los rezagos en los sistemas de supervisión y cabotaje. “Hoy movemos mercancía del Bajío a Texas con más obstáculos regulatorios que hace 10 años. El cabotaje interno no está definido y eso fragmenta la eficiencia multimodal del país”, lamentó.
Jorge Cigarroa reforzó la urgencia de homologar procesos: “La frontera necesita operación 24/7, interoperabilidad digital y servicios aduanales con visión logística, no punitiva. Si no alineamos objetivos entre agencias y transportistas, el nearshoring se nos escapa”.
En ese sentido, Bradd Skinner advirtió que sin un rediseño estratégico de las cadenas logísticas fronterizas, México no podrá aprovechar el auge de la relocalización industrial. “La inversión está yendo donde hay certeza. Necesitamos aduanas más inteligentes, con trazabilidad en tiempo real, validación mutua y menor discrecionalidad”, afirmó.
Los panelistas coincidieron en que los desafíos no solo son de infraestructura, sino de gobernanza, coordinación binacional y modernización legal. “No basta con más puentes, necesitamos reglas nuevas para una logística del siglo XXI”, concluyó Kim Olguín.
El foro dejó claro que México debe acelerar su agenda logística si quiere mantenerse como socio estratégico en el bloque de América del Norte.
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