Autor: admin | 04/08/2017
Con la presión de ambientalistas por un lado, y de la industria automotriz por otro, Alemania busca desesperadamente la manera de que el diésel continúe como uno de los principales combustibles para autos, a pesar de los índices de contaminación que produce.
Los jefes de Volkswagen, BMW, Daimler AG, y Ford se comprometieron a rebajar las emisiones de dióxido de nitrógeno (Nox) en más de un 25% hasta finales de 2018.
Tanto los políticos como los ejecutivos del sector automotor coincidieron en actualizar el software para motores en 5.3 millones de automóviles a diésel, a fin de reducir la contaminación y tratar de reparar la golpeada reputación del sector.
No obstante, los grupos de ambientalistas señalaron que el plan era muy pobre y demasiado amplio, por lo que prometieron seguir adelante con acciones legales para prohibir a los vehículos contaminantes.
EN LA MIRA. El gobierno de la canciller Angela Merkel ha estado bajo creciente presión por no hacer lo suficiente para reducir la contaminación vehicular y por estar demasiado cerca de poderosas automotrices.
El tema se ha vuelto en un punto central de campaña antes de la elección nacional del próximo mes, lo que ha llevado al gobierno a llamar a los principales ejecutivos de automotrices para intentar evitar acciones en algunas ciudades tendientes a forzar prohibiciones a vehículos a diésel.
Los ministros no quieren enfadar a los dueños de 15 millones de vehículos a diésel y dañar a una industria que es el mayor exportador del país y provee unos 800.000 puestos de trabajo.
Para eso, los políticos no exigieron costosas modificaciones mecánicas de los motores y sistemas de escape y dijeron que por ahora acordaron realizar actualizaciones de software para 5.3 millones de autos.
“Esperamos una nueva cultura de responsabilidad para los fabricantes de automóviles”, dijo en una conferencia de prensa la ministra del Ambiente, Barbara Hendricks, del Partido Socialdemócrata de centroizquierda.
